Durante los momento de tentación, puede ser difícil mostrar nuestro amor por Dios. Es en la tentación que nos damos cuenta que el amor de Dios es contrario a todas nuestras emociones. Cuando caemos en la tentación, el resultado es sentir culpa. Si seguimos repitiendo el pecado una y otra vez desarrollamos un corazón de piedra. Y eso no es bueno. Pero hay buenas noticias para el cristiano ante la tentación. El Espíritu Santo nos hacer retroceder y decir no y hacer lo que es agradable a Dios. A veces nos trae a la mente un verso en el ejemplo de Jesús. Él es la fuente de lo que es verdaderamente sobrenatural en resistencia a la tentación.

Muy a menudo, los cristianos tratan de vivir la buena vida por su cuenta, en su propia fuerza. Esto está condenado al fracaso. Cuando nos enfrentamos a la tentación estamos contra poderes espirituales de las tinieblas y son más fuertes e inteligentes que cualquiera de nosotros. Si tú eres cristiano, no seas tonto arrogante e intentas solucionarlo por tu cuenta. Reclama el poder del Espíritu Santo y buscar la victoria sobre la tentación.