La mejor manera de ser un buen padre es: para papá, amar a mamá y, que mamá, ame a papá. Nada le da al niño mayor seguridad que ver que mamá y papá realmente se aman el uno al otro. Cuando el amor se muestra en frente de los niños diariamente, el niño crece pare entender cómo Dios quiere que las familias y las personas se amen y se respeten unas a otras. El niño entonces se siente seguro en su hogar y es emocionalmente capaz de recibir instrucción, sabiduría y disciplina de sus padres.

Si usted es divorciado, puede estar pensando: “Bueno, eso me deja a mi fuera del proceso”. En realidad hay un mensaje aún mayor para los padres divorciados: Traten de no rebajar a su ex delante de su hijo, porque cada niño tiene envuelta su entidad en ambos: papá y mamá. Recuerden que cuando critican a su ex cónyuge delante de su hijo, realmente están criticando la mitad de su hijo.

Lo mejor que pueden hacer mamá y papá es amarse uno al otro; pero, si ese amor se ha dejado, entonces es aún más importante que el niño sea testigo de que mamá y papá se respetan el uno al otro.