LA VERDADERA NATURALEZA DEL DIEZMO

30 de junio de 2014

«Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.» – Malaquías 3:10

Se dice que la instrucción de Dios sobre administración es que demos una décima parte de nuestros ingresos. ¿Pero es que lo que dice? Eche otro vistazo el versículo. Comienza con una interesante selección de palabras. Dice, «traer el diezmo integro al templo…’ La primera palabra en ese versículo no es dar, es traer. Esta formulación es intencional e indica la verdadera naturaleza de un diezmo y de lo que es.

Reflexionar sobre ello. Si vas a dar un regalo a alguien, primero debe ser el propietario legítimo de lo que está regalando. No se puede simplemente entrar en una tienda y agarrar algo para dárselo a alguien sin pagar por él. Un regalo en primer lugar debe ser de nuestra propiedad antes de que podamos regalado. Por lo que las escrituras son muy claras: no somos los dueños de los diezmos que traemos ante Dios, somos simplemente mayordomos de las bendiciones que Dios nos ha confiado. Cuando damos el diezmo, no estamos solo trayendo a él lo que es legítimamente suyo. ¿Está usted dispuesto a traer un diezmo a Dios? No te vas a arrepentir nunca. ¿Cuándo traemos el diezmo a Dios? Nos promete que seremos bendecidos. ¿Le crees?