Mis palabras no se hizo justicia

27 de octubre de 2017

«Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalén nueva, que descendía del cielo, de Dios, como una esposa ataviada para su marido». – Apocalipsis 21:1

Hace años, el difunto Adrian Rogers, un predicador es conocido y respetado, fue compartir acerca de su pastor uno más de una generación anterior que hoy se conoce como el príncipe de los predicadores. Él era un hombre con tanta elocuencia y la unción de Dios que la gente estaba fascinado a oírlo predicar. Adrian vino a visitar el predicador al hospital, que había permanecido en estado de coma, pero en su último día, mientras yacía sobre la cama, de repente miró hacia arriba y sus ojos se han añadido y le dijo a su hija, «estas mayores de lo que me imaginaba. Nunca se hizo justicia.» Luego cerró los ojos y murió en paz. Ahora piense en ella. Fue este gran hombre de Dios, el predicador con un talento increíble, muy elocuente. Y cuando finalmente fue en ese momento para dar un paso más hacia el otro lado de la vida y la captura de ese resquicio de cielo, todo lo que se puede decir es: «es más de lo que yo jamás haya imaginado. Sus palabras no fueron la justicia».

Cuando hacemos ese largo viaje de fe con el Señor Jesucristo, y nos fuimos a través de algunos días difíciles en las tierras áridas, los tiempos de sequedad, los tiempos difíciles, y esto podría hacernos desistir. No importa lo mucho que nos tocan las vidas, cuando llegamos a nuestro destino final, en el cielo y vamos a ver al Señor, que todos vamos a exclamar: «nunca entendí cómo de grande podría ser. «De hecho, no hay palabras que puedan describir adecuadamente qué increíble será cara a cara con el Rey de reyes y Señor de Señores!

Por lo tanto, yo les pido a ustedes el día de hoy. Estas seguro de que va a llegar a este destino con la experiencia de ese día glorioso? Le aseguro que cuando se trata de conocer a Cristo, finalmente, termina en el cielo con él, que va a ser mucho más grande que cualquier cosa que podamos imaginar. Usted no querrá perderse.