Que tal si …

12 de junio de 2016

“… porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura”. 1 Timoteo 4:8

¿Qué tal si tú abrieras la puerta y recibieras una carta certificada dirigida únicamente para ti? ¿Qué si dentro de esa carta hubiera una nota oficial que diga que hoy será tu último día de vida?

Estoy seguro que la mayoría de nosotros muy probable se asustaría, por decir lo mínimo. Pero, en algún punto de la vida, enfrentarás una decisión acerca de lo que vas a hacer con esa situación: el último día de tu vida sobre la faz de la tierra. Veamos algunas cosas que pudieran suceder:

  • Tú pudieras querer ganar más dinero. (No, dudo que esa cosa cruzara la mente de muchos de nosotros).
  • Tú pudieras querer permanecer y trabajar en la oficina hasta tarde esa noche. (Otra vez, eso no parece ser lo que tú quisieras hacer).
  • Tú pudieras querer decirles “gracias” a las personas que te han ayudado en tu vida. (Creo que nos estamos acercando).
  • Tú pudieras querer asegurarte estar bien con Dios. ¡Correcto! (Esa es la cosa principal y más importante que cada uno de nosotros necesitamos hacer.)

Tendemos a enfocarnos en las cosas materiales y temporales de la vida e ignoramos lo que es relacional y eterno. Como puedes ver, ninguno de nosotros sabemos la cantidad de días que Dios ha determinado para nosotros. Este es mi punto […] No dejes para mañana las cosas realmente importantes que puedes hacer hoy. Demuéstrale a tu familia lo mucho que le amas. Ocasionalmente sorpréndele regresando temprano [del trabajo]. Dile a cada uno de ellos que le amas. Organiza actividades divertidas para hacer con ellos. Agradécele a aquellas personas que te ayudan y que han estado presentes cuando les ha necesitado. Ayuda a alguien que te importe—alguien que te necesite en la oficina, en el vecindario, o talvez alguien que necesite un amigo.

Dios se hizo hombre en la persona de Jesús para mostrarnos cómo hacer todas esas cosas. Quizás hoy no sea el último día de tu vida aquí en la tierra, pero pudiera convertirse en un gran día para arreglar las cosas con Dios y con las personas que quieres. Eso me parece un gran día.