¿Tortura o separación?

10 de junio de 2019

«Resulta que murió el mendigo, y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron. En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Así que alzó la voz y lo llamó: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego.’  Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente.  Además de eso, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para acá.’ Él respondió: ‘Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre,  para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento.'» – Lucas 16:22-28

Nadie en la Biblia habló más del infierno que Jesús. Jesús pintó un panorama bastante completo de cómo es el infierno. En algunos casos, Él habló literalmente y en otros habló más en sentido figurado. Cristo habla de los sufrimientos en el infierno. El infierno significa estar permanentemente separado de Dios. Va a ser un lugar de maldad totalmente desenfrenada, donde el Diablo y sus demonios residen juntamente con todos aquellos que han rechazado a Cristo. Esa no es una bonita imagen y no es un lugar donde quisieras estar.

A pesar de que no hay nada en las Escrituras que diga que el infierno es una cámara de tortura eterna, sí dice que será un sufrimiento eterno y donde tendremos una conciencia clara de lo que hemos perdido. Te darás cuenta que toda la vida habrá sido una pérdida porque nunca respondiste a Cristo. Allí te darás cuenta de que vas a estar eternamente separado de Dios. Eso creará una gran agonía.

Cualquiera cosa que sea, seguro que no quieres terminar allí. Y no tienes que hacerlo. La buena noticia que sigue a esta mala noticia es que Cristo vino a librarnos del infierno. Él vino a perdonar nuestros pecados y a ponernos en una buena relación con Dios. ¿Has reclamado esta buena noticia en fe? Haz eso hoy. El Infierno es un lugar del cual quisieras ser librado.