CONSEJOS PARA COMPARTIR TU FE

23 de junio de 2020

“Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.” Hechos 8:35

Felipe fue un líder, maestro y evangelista en la iglesia primitiva. En el capítulo 8 de Hechos, leemos acerca de un gran movimiento de gente que vino a la fe. El encuentro que se destaca en la historia de Felipe no es un de grandes multitudes y sanaciones, sino más bien fue ese momento en que Felipe respondió al empujón del Espíritu Santo y salió a caminar por un largo camino en el desierto. Allí conoció a un influyente etíope que estaba leyendo el libro de Isaías. No pasó mucho tiempo antes de que Felipe lo estuviera bautizando por su fe ahí mismo junto al camino.

Es una historia increíble sobre el aprender a reconocer y confiar en el Espíritu Santo, incluso cuando no tiene sentido. Y para los seguidores de Jesús, hay algunas cosas que podemos aprender de Felipe al compartir nuestra fe con otros.

  1. Camina con Dios y serás guiado por el Espíritu. Felipe estaba totalmente rendido a Dios. El estaba caminando y viviendo en el centro de la voluntad de Dios.
  2. Se sensible a los movimientos de Dios. No permitas que los negocios te hagan perder oportunidades de hablar en la vida de otra persona. Presta atención. Sé sensible. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a reconocer cuando Dios se está moviendo.
  3. Cuantas más Escrituras conozcas, mejor equipado estarás. Felipe reconoció la escritura que el hombre que conoció estaba leyendo (Isaías 53) y fue capaz de explicar el significado. Cuanto más estudiamos las Escrituras, mejor nos usará el Espíritu Santo para contestar preguntas.
  4. Pregúntale a la persona si quiere creer. Si la respuesta es «sí», guíelo en una oración confesando sus pecados a Dios y declarando su confianza y fe en Cristo. Si su respuesta es «todavía no», ofrézcase como voluntario para orar con él y reunirse para estudiar y responder a sus preguntas con la Palabra de Dios y con su propia experiencia de fe.
  5. El Evangelio es para todos. Todos tenemos heridas e inseguridades que pueden impedirnos confiar en Cristo, pero el Evangelio es para todos: judíos, gentiles, musulmanes, ateos, todos de todos los continentes.
  6. El bautismo da testimonio de nuestra fe. La Biblia enseña que el Bautismo sigue a una decisión de fe.

Cuando Dios te llama a moverte, a actuar o a compartir, ¿lo harás? Felipe lo hizo y la vida de un hombre cambió para la eternidad.