EL PODER DE LA PALABRA    

26 de agosto de 2019

«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»

Hebreos 4:12

Una espada de doble filo es increíblemente valiosa en el mundo de los videojuegos debido a su mayor poder y eficiencia en la lucha contra el enemigo. La palabra usada para «espada» en el capítulo 4 de Hebreos es como un cuchillo corto. Estas imágenes que nos da el autor podrían describir el bisturí de un cirujano que hábilmente corta el tejido enfermo y dañado de un cuerpo. Un cirujano dotado usa el bisturí porque ve lo que nosotros no podemos. El cirujano sabe que cualquier dolor y rehabilitación vale la pena cuando se enfrenta a la posibilidad de la curación.

La Biblia describe la Palabra de Dios como esta espada de doble filo o «bisturí» que es capaz de exponer la oscuridad y las debilidades de nuestros corazones y mentes. ¿Alguna vez ha escuchado una predicación o una enseñanza en la que se sintió como si el predicador le estuviera hablando directamente a usted? Es un momento desconcertante que viene de sentirse completamente expuesto a las Escrituras, y descubrir que Dios realmente conoce tus motivos, pensamientos y deseos más profundos. Ese es el poder de la Palabra de Dios.

Entonces, ¿Qué hace más poderosa a la Palabra de Dios?

  • Nos ayuda a descubrir hacia dónde ir. (2 Tim. 3: 16-17)
  • Nos corrige cuando nos desviamos del rumbo. (2 Tim 3:16-17)
  • El mismo pasaje puede ofrecer una y otra vez una nueva perspectiva.
  • Se aplica a todas las edades, razas, etnias y culturas.
  • Sus vínculos con la geografía y la historia son diferentes a cualquier otro texto «religioso». Cuando se trata de la Biblia, la arqueología es un aliado.
  • Ha sobrevivido más de 1600 años.

A pesar de toda esta evidencia, muchos de nosotros continuamos evitando el poder convincente de la Palabra de Dios. Olvidamos que el propósito de esa convicción no es la condenación, sino la sanación y la integridad. Así que, en lugar de huir de esa tensión incómoda, tal vez es hora de inclinarse y descubrir qué es lo que Dios quiere decir – a través de Su Palabra escrita.