SUPERANDO LA MALDAD

3 de julio de 2019

«No pagueis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombre.» – Romanos 12:17

Cuando Adolph Coors IV era un joven adolescente, un ranchero asesino a su padre. Durante anos, este evento horrible lo lleno de amargura literalmente en su vida. Incluso su matrimonio fue victima de esta amargura, como a menudo trato con hostilidad a su esposa. El todavia estaba luchando con esto cuando llego a conocer a Cristo.

Mas tarde, su vision de «sirviendose a si mismo a traves de poder y posesiones personales» habia sido reemplazado por «contar la historia de amor de Dios a los demas.» Como resultado de ello, Adolph fue al encuentro de Joseph Corbett, asesino de su padre, en la penitenciaria del Estado de Colorado. Pero el Sr. Corbett no lo veria. En lugar de una reunion cara a cara, Adolph le escribio una carta pidiendo su perdon «por el odio que el le habia albergado durante diecisiete anos. Le dije que yo le habia perdonado. Cuando sali de la carcel, senti el amor de Dios y yo era un hombre libre.»

Casi inmediatamente, la vida de Coors comenzo a transformarse; incluso su problematico matrimonio comenzo a reconciliarse, ya que Dios comenzo a bendecir sus vidas.

Cuando la amargura echa raices, no solo tenemos el perdon de Dios y el poder de Dios para perdonar, pero puede que necesitemos realmente pedir perdon a aquellos que siembran esa animosidad dentro de nosotros. Esta habilidad sobrenatural puede venir a traves del poder de Jesucristo en su vida y le permita despejar su mente del veneno que animosamente trae consigo. Pidale a Dios que le de la misma potencia de perdon que le dio a Adolph Coors. El puede, y lo hara!

Hook, Harvey A, El poder de una vida ordinaria: descubrir las posibilidades extraordinarias en (Transformando el mundo, un dia a la vez), Tyndale, 2007