UN RESULTADO JUSTO
Cuando yo era adolescente, me fui a trabajar en una tienda de tenis, aprender a raquetas de cadena. El propietario dijo que tendria que practicar al viejo estilo por un par de semanas y luego me deje raquetas de cuerda y clientes autorizados y pagarme. Despues de un corto periodo de tiempo, me dio una nueva raqueta, un Jack Kramer, para encadenar a uno de sus mejores clientes. La edad media del siglo vigesimo, no hubo escandalo mas fino.
He trabajado con cuidado y lentamente, cuando termine me dijeron que el dueno de la tienda: “Espero que a el le gusta, porque lo hice lo mejor que pude.” El la miro y sonrio, y dijo: Yo tambien lo espero, porque es suya.”
Ese hombre me dio un regalo, que se prolongo durante mucho tiempo y luego se llevaban. Tenemos que hacer todo lo posible para tratar a las personas como nos gustaria ser tratados. Porque nunca se sabe cuando nuestras acciones pueden ser vueltos y ser bendecidos o tal vez abusados.
La palabra de Dios es clara: “Todo lo que se siembra, tambien cosechara.”